Seleccionar página

Día 11/6 de Noviembre

Lilia FInk

ABRAHAM, UN EJEMPLO DE FE

Fue por la fe que Abraham obedeció cuando Dios lo llamó para que dejara su tierra y fuera a otra que él le daría por herencia. Se fue sin saber adónde iba. Incluso cuando llegó a la tierra que Dios le había prometido, vivió allí por fe, pues era como un extranjero que vive en carpas. Lo mismo hicieron Isaac y Jacob, quienes heredaron la misma promesa. Hebreos 11:8-9

La Fe De Abraham
Abraham era un hombre de fe, obediente al llamado y mandato de Dios.

Por su fe obedeció a Dios dejando su casa, tierra y familiares yendo a vivir como extranjero a la tierra que Dios le mostró y a quien haría una nación muy grande. Dios lo iba a bendecir y él sería de bendición.

Abraham permaneció fiel a Dios. Su esposa Sara era estéril por lo que no podía tener hijos. A pesar de ello después de unos cuantos años, Dios les promete un hijo. Sara duda de la promesa de Dios por su edad avanzada. Pero finalmente con su esposo creyeron en la promesa de Dios y El cumplió lo que les había prometido dándoles un hijo a quien llamaron Isaac.

Prueba De Fe
Dios probó luego la obediencia de Abraham pidiéndole el sacrificio de este su único hijo. Tenía que ofrecer a Isaac en holocausto en el monte Moriah… ¡Qué sacrificio tremendo!

Cuando Dios vio la obediencia de fe de Abraham, le proveyó un cordero para evitar la muerte de su único hijo.

Fe es creer en algo que no se ve. Es la confianza puesta en Dios como lo hizo Abraham creyéndole al Todopoderoso.

Fe es un don de Dios (Efesios 2:8) y nuestra salvación es sobre el principio de la fe porque estábamos muertos en pecado y merecíamos el castigo, pero Dios fue muy compasivo con su amor hacia nosotros. Nos dio vida solo por fe en Jesucristo, quien dio su vida por nosotros.

Aplicación práctica
Como hija de Dios, cada día le pido al Señor que pueda ejercer mi fe, cuando es necesario, aún un sacrificio en obediencia y reflejar así mi testimonio diariamente a quienes me rodean. El Señor Jesús pueda fortalecer también en ti esa abundante cuota de fe.

ORACIÓN: Señor, que cada día pueda ejercer mi fe y de esta manera reflejarte a ti. ¡Amén!