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PAZ CON DIOS

Por Enrique Ruloff

INTRODUCCIÓN

Hace mucho tiempo un hombre buscaba el cuadro perfecto de paz. No encontrando uno que le satisfaga, anunció un concurso para producir esta obra maestra. El reto movió la Imaginación de artistas por todos lados, y los cuadros empezaron a llegar desde todas partes.
Finalmente, el gran día de revelación llegó. Los jueces descubrían los cuadros de paz uno tras otro, mientras que los observadores aplaudían y gritaban de alegría.
Las tensiones aumentaban. Solo quedaban dos cuadros por descubrir.

Mientras un juez quitaba la cubierta de uno, un gran silencio cayó sobre la multitud. Un lago suave como espejo reflejaba el verde ramaje bajo la suave sombra del cielo al atardecer. 

A lo largo de las verdes orillas, un rebaño de ovejas se alimentaba sin disturbio. Seguramente
este cuadro era el ganador.

El otro juez descubrió el segundo cuadro, y la multitud se quedó sorprendida. ¿Podría esto ser la paz? Una tumultuosa cascada de aguas corría a través de un rocoso precipicio. La gente casi podía sentir el frío y penetrante del rocío. Nubes grises de tormenta amenazaban y estaban listas para explotar con rayos, viento y lluvia. En medio de los truenos y el frío amargo, un árbol estaba pegado a las rocas colgado a la orilla de la cascada. Una de sus ramas se estiraba justamente en frente de las aguas torrenciales como si neciamente buscara experimentar su
poder total.
Un pajarito había construido un nido en el codo de la rama. Contento y sin disturbio en sus alrededores por tormenta, ella descansaba sobre sus huevitos. Con sus ojos cerrados y sus alas listas para proteger a sus pequeños, manifestaba paz que trascendía a cualquier tumulto terrenal.
El hombre escogió la segunda pintura y dijo: Este es el Cuadro de la Paz, porque paz no significa estar en un lugar sin ruidos, sin problemas, sin trabajo duro o sin dolor. Paz significa que a pesar de estar en medio de todas esas cosas podemos permanecer en calma dentro de
nuestro corazón.
Cuando el ser humano se acerca al lecho de su muerte, muchos intentan hacer la paz con Dios, sin darse cuenta que es algo inútil porque hace casi 2000 años Dios hizo la paz con nosotros al enviar a su Hijo Jesús a morir en una cruz por nuestros pecados.
En 1555 Nicholás Ridley fue quemado vivo debido a su testimonio de Cristo. La noche anterior a su ejecución, su hermano se ofreció quedarse con él en la prisión para serle de asistencia y consuelo. Nicholás rechazó su oferta y recalcó que él se iba a la cama a dormir tan tranquilamente como siempre lo había hecho en toda su vida. Porque conocía la paz de Dios, él podía descansar en la fortaleza de los brazos eternos de su Señor para satisfacer su necesidad.
La paz que Jesús ofrece no es ausencia de problemas, sino que es la confianza de que Él iempre está a nuestro lado a pesar de los problemas.
Un antiguo presidente de la Academia Noruega de Ciencias e História de Inglaterra, Egipto, Alemania e India ha sacado una información asombrosa: Desde 3,600 años Antes de Cristo, el mundo ha conocido solo 292 años de paz. Durante este período han observado 14,351 guerras, grandes y pequeñas, en donde un total de 3.64 mil millones de personas han sido muertas. El valor de la propiedad destruida sería el equivalente a una cinta de oro que correría alrededor del mundo entero con una medida de 156,43 kilómetros de ancho y 1.005,84 cm
de grueso. Desde el año 650 antes de Cristo se ha observado 1,656 carreras de armamentos, solo 16 de ellas no terminaron en guerra. Las demás terminaron en un colapso económico de los países involucrados (Fuente desconocida).
El ser humano siempre ha intentado la paz, pero siempre ha fracasado, porque más allá de querer trabajar para la paz, necesitamos recibir la paz para luego aprender a retenerla y finalmente repartirla con quienes no la tienen.
El presente libro explicará en pocas palabras como usted puede recibir la paz que Dios le ofrece para luego aprender los secretos de cómo retener esa paz y finalmente asumir un compromiso en repartir o compartir esa paz con aquellos que no la tienen.
Paz con Dios se refiere a la tranquilidad, el orden y la prosperidad espiritual que se debe a la reconciliación entre Dios y el ser humano obrada por Jesucristo en la cruz (concepto de expiación).
En otras palabras, es la paz que tenemos, tanto espiritual como mental, en lo que respecta a nuestra salvación. Tenemos paz mental porque sabemos que lo que creemos es verdad. Tenemos paz emocional porque nos sabemos amados por Dios. Y tenemos paz espiritual porque entendemos que Jesús en la cruz saldó la deuda que teníamos con Dios y nos dio el regalo de la vida eterna.