Seleccionar página

Día 1/27 de Octubre

Pr. Enrique Ruloff

LA FE QUE AGRADA A DIOS

Hay un mundo natural y hay un mundo espiritual. El mundo espiritual es más real que el natural porque el mundo natural surge del espiritual.
El autor de la carta a los Hebreos 11:1-2 dice lo siguiente, respecto a la fe: “Ahora bien, la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Porque por ella recibieron aprobación los antiguos.”
Aquí Dios nos dice 4 cosas acerca de la fe:

1. La fe es la certeza de lo que se espera

La fe nos permite ingresar en esa dimensión que Pablo definió como “lugares celestiales”. El autor dice que la fe es la certeza de que ya recibimos aquello por lo cual oramos.

2. La fe es la convicción de lo que no se ve

La fe y el temor no pueden cohexistir. Las dudas, el temor y la incredulidad pueden impedir cualquier milagro. La fe siempre comienza con una visión.
En Génesis 15:5 leemos que Dios le impartió una visión a Abraham que él jamás hubiese imaginado.
La fe es la certeza de lo que esperamos y la convicción de lo que no vemos. En algún sentido somos profetas de nuestro propio destino.

3. Por la fe somos aprobados

Nuestro testimonio es el reflejo de nuestra fe. Nuestra vida es una carta abierta de nuestra teología. Hebreos 11:6 dice que “Sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que él existe y que es remunerador de los que le buscan.”

La fe es evidenciada en nuestra visión. La visión es como las luces de un auto. Cuanto más visión uno tenga, mayor será el movimiento.

4. La fe activa nuestro entendimiento

Hebreos 11:3 dice: “Por la fe entendemos que el universo fue preparado por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve no fue hecho de cosas visibles.”
La visión activa la fe y la fe nos abre las puertas al entendimiento, a la comprensión de cómo Dios ha creado lo que somos y vemos. La fe es más cuestión de recibir que de hacer.

Oramos: Padre, activa en nosotros la fe de Dios y has del mundo espiritual más natural en nuestras vidas. En el nombre de Jesús. Amén