
Día 14/9 de Noviembre
Carlos Re
EL EJERCICIO DE LA FE
Hace unos días cuando le preguntaba a uno de mis hijos como sería su día, me dijo que iría a trabajar y luego al gimnasio, fue ahí cuando recordé que siendo un poco más joven que ahora (je je), yo también visitaba el gym para fortalecer y marcar mis músculos para la temporada del verano y también me vino a la mente lo de fortalecer nuestra Fe.
Estamos viviendo grandes momentos en nuestra congregación que marcarán un antes y un después en nuestra corta vida como iglesia, porque se pondrá en evidencia que Dios todo lo puede y nosotros creyendo en su poder también, dejando un legado a nuestras generaciones venideras, no solamente porque le dejamos una “ciudad de fe” (es así que me permito llamar a la nueva iglesia de la calle Libertad), porque es impresionante las actividades que se pueden desarrollar para la Gloria de Dios, sino también porque creyendo en Dios todo es posible.
En un gimnasio encontramos mancuernas, barras, discos, pesas, que sirven para ejercitar todo nuestro cuerpo. Si los músculos no los ejercitamos se vuelven flácidos y débiles. Con la fe pasa lo mismo, si no tomamos la mancuerna (Biblia, la palabra de Dios), barras con discos (Relación con Jesús) pesas y bandas elásticas (relación con el Espíritu Santo), nuestra Fe se debilita.
Tenemos que ejercitar nuestra fe, así como vamos al gimnasio a fortalecer nuestros músculos, tenemos que buscar a Dios. Hebreos 11.6 dice…”Sin Fe es imposible agradar a Dios”.
Recuerdo los distintos “desafíos” que tuvimos como Iglesia y Dios siempre respondió, también las oportunidades que pasaron y no se dieron, es importante estar en la voluntad del Señor para conseguir los propósitos por Él diseñados.
Casa de Dios es nuestro gimnasio para fortalecer nuestra Fe y relación con Jesús, que nuestros bíceps, tríceps, abdominales y pectorales espirituales sean trabajados y marcados para salir a la calle con una identidad en Cristo Jesús.
Oración: Amado Dios te pedimos que nos ayudes a alimentar nuestra fe con las vitaminas de tu palabra a diario. ¡Amén!