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Día 24/19 de Noviembre

Ezequiel Sala

¡UNA HISTORIA COMO CUALQUIER OTRA!

Jueces 6 nos narra la historia épica de un hombre que nació en la tribu más pequeña de Israel de la cual nada bueno se esperaba, además provenía de una familia pobre y, como si fuera poco, era el más pequeño de la familia. Este contexto parece un factor común en las historias bíblicas, y la de Gedeón no iba a ser la excepción.

Jueces 6:15-16 “Gedeón dijo: Ah, señor mío, ¿con qué salvaré yo a Israel? He aquí que mi familia es pobre en Manasés, y yo soy el menor en la casa de mi padre.” Jehová le dijo: Ciertamente yo estaré contigo, y derrotarás a los madianitas como a un solo hombre.
De esta historia podemos rescatar algunos puntos importantes:

1) Empiezan las dudas…
Cada vez que Dios nos insta a nuevos desafíos, nuestra racionalidad reacciona primero evaluando el contexto familiar, económico, político y social. Como vemos Gedeón no fue la excepción. La “evaluación racional” es una de las primeras batallas que debemos combatir cuando Dios llama, preguntas como: ¿Sera el tiempo? ¿Conviene hacerlo? ¿Seré yo? Son las que ahogan nuestra fe. Recordemos que “si Dios nos llama, El nos respalda” (1°Tes. 5:24).

2) Seguridad en Dios.
Podemos pensar que Gedeón era un incrédulo por no creerle a Dios “en el momento”. ¿Pero cuantas veces nosotros mismos hemos pedido a Dios que nos confirme y reconfirme nuestro llamado, plan o propósito? La reacción de Gedeón es más natural de lo que esperamos. Nos enseña a no temer en pedir la confirmación a Dios, para ello debemos tener una relación íntima con nuestro Padre ya que esta seguridad cimienta nuestra fe.

3) Creerle a Dios… ¡Siempre!
Imagínense la cara de Gedeón a medida que su ejército disminuía. Sus planes, estrategias y el poderío militar desaparecían, no debe haber sido fácil su situación. Cuando las adversidades aumentan, la fe también debe hacerlo. La fe de Gedeón fue tal que contagio a trescientos hombres para que se queden a su lado en circunstancias desfavorables. Nos lleva reflexionar

¿A cuántas personas puede contagiar tu fe en situaciones adversas?

Oramos: Padre creemos que tus planes son mejores que los nuestros, confiamos y descansamos en Tu obrar, a pesar de las adversidades… ¡yo creo en Ti! ¡Amén!