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Día 36/1 de Diciembre

Fabián Tischler

¡CREO, AYÚDAME A CREER MÁS!

Hizo muchos milagros allí a causa de la fe de ellos. Suena bien pero no existe este texto en la Biblia.

En realidad el texto dice: Y no hizo allí muchos milagros, a causa de la incredulidad de ellos. Mateo 13.58

Jesús estaba visitando Nazaret, la ciudad donde se crió y vivió hasta los 30 años, allí era conocido como el hijo de José el carpintero. Muchos de los que allí estaban en la sinagoga escuchándolo fueron sus clientes. Como conocían a su madre y hermanos/as, ellos se asombraron de verlo, de alguna manera se maravillaban y se preguntaban de donde sacaba esa sabiduría y poder para hacer milagros; al rato se preguntaron ¿Dónde aprendió todas esas cosas? La familiaridad, el conocimiento previo y los prejuicios, desencadenaron en ellos una sola conclusión: se sintieron profundamente ofendidos y se negaron a creer en él.

La incredulidad es tan poderosa como la fe. Si la fe mueve montañas la incredulidad hará que se mantengan por siempre en el mismo lugar.

Todos creemos que Jesús es Dios y por tanto Todopoderoso, sin embargo en Nazaret, la incredulidad de la gente, fue la causante de que no haga allí muchos milagros.

La incredulidad es un asesino letal, infalible, 100% de efectividad; si no crees que vas a recibir algo de parte de Dios, se cumplirá lo que estás creyendo, NO RECIBIRÁS.

Por no creer en Jesús, perdieron la oportunidad de la salvación, la sanidad emocional, física y mental; de ser libres de ataduras espirituales demoníacas, perdieron por su incredulidad la vida abundante que Jesús les estaba ofreciendo.

Dos cosas llamaban especialmente la atención de Jesús, la incredulidad y la fe. La incredulidad es lo que hace enojar a Jesús « ¡Gente corrupta y sin fe! ¿Hasta cuándo tendré que estar con ustedes?» Mateo 17.17. En Lucas 18.8 Jesús vuelve a preguntarse…Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?

Pero hombres y mujeres de fe impactaron a Jesús de una manera significativa y lo maravillaron; como los 4 amigos que trajeron al paralítico Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados  La mujer cananea que rogaba por su hija endemoniada y fue probada y Jesús exclamó: Oh mujer, grande es tu fe; hágase contigo como quieres. Y su hija fue sanada desde aquella hora.

Como el papá del chico endemoniado que pidió ayuda a Jesús, somos de los que creemos, pero pedimos ¡Ayúdanos a creer más!!