
Día 4/30 de Octubre
Alejandra Páez
FE COMO LA DE UN NIÑO
Un día de verano un niño junto a su familia tenía todo organizado para festejar su cumpleaños al aire libre con amigos. Pero esa mañana amaneció con una lluvia torrencial, y habría que suspender. Fue entonces que llegó hasta su madre y le dijo… ¡¡¡Mamá se me ocurrió una gran idea… Voy a decirle a Jesús que sople las nubes y deje de llover!!! Poco a poco dejó de llover y pudo festejar. Al finalizar el día el niño dijo “…vieron Jesús me escuchó”
Juan 6. 1-15 narra “la alimentación de los cinco mil”, allí vemos una multitud, la compasión de Jesús, la corta visión de los discípulos y un acto de fe de un muchacho que sin duda no tendría mucha edad para venir a ofrecer lo poco que tenía para alimentar a tantos.
De esto aprenderemos:
A) La sencillez de corazón nos acerca a Jesús
La más simple oración puede producir milagros. No hace falta largas plegarias. Hace falta un corazón que pueda expresar naturalmente nuestro sentir. Orar no es rezar, orar no es repetir de memoria, orar es hablar con mi amigo más cercano, Jesús.
B) Declaraciones de fe traen bendición
Dicen algunos por allí que irse a dormir es un acto de fe ya que se espera despertar en la mañana. Es así que si le declaramos a nuestro Señor con fe alguna inquietud o necesidad sabemos que Él en su gran amor y misericordia nos responderá.
C) Mi fe alcanza a otros
Tanto el niño de la anécdota como el relato bíblico tienen el factor común de acercarse a Jesús y compartir con otros. La fe se contagia. La fe hace que se nos movilice algo adentro que no puede quedar guardado en nosotros. Es como un río que quiere verter sus aguas al mar.
Pregunto… ¿dejaste de ser niño en la sencillez, en la declaración de fe y en el compartir?. Mira ese niño que te rodea, en tu casa, en el barrio, en la Iglesia… y contagiate de su fe pura, sin dobleces, ni excusas. Recuerda que el reino de los cielos es de aquellos que tienen corazón como el de un niño.
ORAMOS: Papá Dios te pido que me des un corazón sensible como el de un niño para creer y caminar bajo tu bendición. Amén